Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 22, 20-51

20 Me sacó a espacio abierto, Me salvó porque me amaba.

21 Yahveh me recompensa conforme a mi justicia, el me paga

conforme a la pureza de mis manos.

22 Porque he guardado los caminos de Yahveh, y no he hecho el mal
lejos de mi Dios.

23 Porque tengo ante mí todos sus juicios, y sus preceptos no aparto
de mi lado.

24 He sido ante él irreprochable, y de incurrir en culpa me he
guardado.

25 Y Yahveh me devuelve según mi justicia, según mi pureza que está
a sus ojos.

26 Con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha.

27 Con el puro eres puro, con el ladino, sagaz.

28 Tú que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros.

29 Tú eres, Yahveh, mi lámpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas.
30 Con tu ayuda las hordas acometo, con mi Dios escalo la muralla.
31 Dios es perfecto en sus caminos, la palabra de Yahveh, acrisolada,

él es el escudo de cuantos a él se acogen.

32 Pues ¿quién es Dios, fuera de Yahveh? ¿Quién Roca, sino sólo
nuestro Dios?

33 El Dios que me ciñe de fuerza y hace mi camino irreprochable.

34 Que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en

pie.

35 El que mis manos para el combate adiestra, y mis brazos para

tensar arcos de bronce.

36 Tú me das tu escudo salvador, multiplicas tus respuestas favorables

37 Mis pasos ensanchas ante mí; no se tuercen mis tobillos.

38 Persigo a mis enemigos, los deshago, no vuelvo hasta haberlos
acabado.

39 Los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis

pies.


40 Para el combate de fuerza me ciñes, doblegas bajo mí a mis
agresores,

41 a mis enemigos haces dar la espada, extermino a los que me odian.
42 Claman, mas no hay salvador, a Yahveh, y no les responde.

43 Los machaco como polvo de la tierra, como al barro de las calles
los piso.

44 De las querellas de mi pueblo me libras. me pones a la cabeza de
las gentes, pueblos que no conocía me sirven.

45 Los hijos de extranjeros me adulan, son todo oídos, me obedecen.
46 Los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugios.
47 ¡Viva Yahveh bendita sea mi Roca, el Dios de mi salvación sea

ensalzado!

48 El Dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis
plantas.

49 Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, y
del hombre violento me salvas.

50 Por eso, Yahveh, quiero alabarte entre los pueblos y cantar tu
nombre.

51 El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su
ungido, a David y su linaje para siempre.